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26 Entregué en sus manos veintiún mil cuatrocientos cincuenta kilos de plata, tres mil trescientos kilos de plata en utensilios y tres mil trescientos kilos de oro. 27 Además, había veinte tazones de oro de ocho kilos, y dos vasos de bronce bruñido muy bueno, apreciados como de oro.

28 Entonces les dije: “Ustedes están consagrados al SEÑOR y los utensilios son sagrados. La plata y el oro son una ofrenda voluntaria para el SEÑOR, Dios de sus padres.

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